Adicción
al sexo

La adicción al sexo (también conocida como “Trastorno Compulsivo Sexual”) se produce cuando, como toda conducta adictiva, no puede controlarse y afecta en este caso a la vida sexual del paciente, llegando a experimentar los efectos de dependencia y abstinencia propios de susodicha adicción. Provoca pensamientos recurrentes y continuos a lo largo de todo el día y la necesidad de experimentar intensidad y frecuencia crecientes en las relaciones íntimas. Conlleva frecuentemente la negación de que exista un problema y se cree (equivocadamente) que existe un control sobre el deseo y el acto. Aún peor, al realizar la actividad sexual, se alivian los síntomas, pero no se eliminan, por lo que aparece un deseo inmediato de repetir el acto y la conducta. La irritabilidad cuando no se puede satisfacer, así como la inversión de exceso de tiempo en la búsqueda de cómo satisfacerse en detrimento del interés por otras actividades, o tener más encuentros sexuales de los deseables y saludables, son varios efectos propios de esta adicción.
Sus causas, que pueden ir desde el ámbito biológico, ambiental o psicológico, deben ser tratadas con terapias cognitivas individuales y de grupo y autoayuda, debiendo recurrir también frecuentemente a terapia de pareja cuando hay una relación dañada añadida que no sólo implica la coadicción presente de por si en todas las adicciones, sino también sentimientos de traición y sufrimiento por infidelidades de y hacia la pareja sentimental.