Rehabilitación para adictos a los psicofármacos
Se denomina psicotropos a los fármacos que son capaces de modificar las funciones mentales o afectivas. Se incluyen entre ellos desde medicamentos a drogas de abuso. Centrándose en los medicamentos, se denominan psicofármacos a los psicotropos que se emplean para el tratamiento de los trastornos (enfermedades) mentales. Entre los psicofármacos destacan los antidepresivos, los ansiolíticos, los eutimizantes o los antipsicóticos.
Dentro de los psicofármacos existe un grupo de ellos que se denominan, de forma inespecífica, como sedantes. Incluye los fármacos que tranquilizan, calman, relajan o producen sueño. Algunos fármacos sedantes presentan más de una de las acciones descritas.
Dentro de los sedantes se incluyen los fármacos antipsicóticos, los ansiolíticos y los hipnóticos. Ambos tipos de sustancias son de interés en el campo de las drogodependencias, ya que pueden producir dependencia y abuso e inducir diferentes trastornos psiquiátricos durante su intoxicación o abstinencia.
El abuso y dependencia de benzodiacepinas se observa en dos grupos distintos: pacientes a los que se prescriben dosis altas o durante períodos prolongados y que presentan un síndrome de abstinencia al cesar el consumo, hecho que les induce a reiniciar el consumo, y también en pacientes toxicómanos (alcohólicos o politoxicómanos) que las usan o bien bajo prescripción para tratar la ansiedad o de forma ilegal para conseguir un estado de intoxicación placentera (colocón o high ).
Problemas y adicciones con los psicofármacos
El abuso y la dependencia de benzodiacepinas se ha descrito en tres tipos de poblaciones:
– Politoxicómanos que además de otras sustancias, también consumen benzodiacepinas. Los politoxicómanos pueden tomar benzodiacepinas para atenuar los efectos adversos de la cocaína, para tratar el síndrome de abstinencia de la heroína o del alcohol, para aumentar los efectos de la metadona, o para «colocarse» (euforia) cuando no disponen de otras drogas. Las benzodiacepinas favoritas son las que ejercen un efecto intenso y rápido, entre ellas se encuentran el flunitrazepam, el diazepam y el alprazolam.
Se utilizan dosis muy elevadas para obtener efectos intensos (por ejemplo 4 mg de flunitrazepam o 40 mg de diazepam).
– Alcohólicos y pacientes abusadores de sedantes de prescripción a los que se han prescrito benzodiacepinas para el tratamiento de la ansiedad crónica o el insomnio. Son los candidatos más importantes a desarrollar dependencia de benzodiacepinas ya que las pueden recibir durante períodos de tiempo prolongados. Se ha demostrado que en los alcohólicos las benzodiacepinas pueden producir euforia.
– En pacientes con depresión o trastornos de pánico a los que se les han prescrito dosis altas de benzodiacepinas durante períodos de tiempo prolongados. Es menos frecuente que los dos anteriores. Pueden recibir tratamiento durante períodos prolongados. Algunos de estos pacientes desarrollarán dependencia fisiológica a las benzodiacepinas.
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